viernes, 17 de junio de 2011

¿Peregrinas conmigo?

Se hace raro invitarte a peregrinar virtualmente.  Parece que todo lo cotidiano y normal de nuestra vida tiene que adoptar la dimensión virtual si queremos adecuarnos al ritmo del mundo.  Pero mi propuesta es sencilla.

Peregrinar es caminar con un rumbo fijo, algunos trascienden ese rumbo hacia el más allá.
Peregrinar es caminar solo o acompañado.
Peregrinar es compartir y dejarse alojar. Peregrinar es hallar descanso después de una dura jornada.
Peregrinar es llevar lo materialmente necesario, pero dejarse llenar de lo que nos rodea, de lo que nuestros sentidos perciben, de las personas que nos salen al encuentro en el camino, de aquello que no ocupa lugar en la mochila, sino en la mente y en el corazón.
Peregrinar es encaminarse con la sana voluntad de llegar al destino.
Peregrinar es encaminarse con el sabio entendimiento de no tener prejuicios, de dejarse estar y dejarse complementar.
Peregrinar es  encaminarse con el corazón henchido para amar y dejarse amar por todo lo que en el camino nos espera.

Pues todo esto quiero compartirlo con vosotros partiendo de este pequeño rincón del mundo virtual, desde donde quiero emprender un peregrinaje con quien quiera acompañarme virtualmente.
Se puede peregrinar virtualmente.  Se puede caminar y compartir. Se puede hallar descanso en el ajetreo diario.

Os invito a que juntos nos encaminemos hacia un bello destino, donde lo bueno, lo bello y lo verdadero - también lo sublime - marquen nuestros pasos por estos parajes de lo que a cada uno nos toca vivir, de cuanto llevamos con nosotros, lo que soportamos, lo que hablamos y arriesgamos, lo que pensamos y amamos, nuestros méritos, lo que vamos guiando y conquistando, lo que somos y tenemos; lo que vamos dejando en el camino; lo que vemos con los ojos del corazón, lo que saboreamos con el alma, lo que nos hace sufrir o nos alegra.
Todo ello, un dulce carga, un buen pertrecho para el camino... ¿peregrinas conmigo?

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